lunes, 11 de noviembre de 2013

Los crímenes de la Rue Morgue




La narrativa de esta historia gira al rededor de las facultades intelectuales de un analista, el cual se jacta de sus dones encontrando placer al desenredar y desentrañar cada elemento de un suceso y al poner en juego su talento le encanta los enigmas, acertijos, jeroglíficos y siente un agrado infinito al solucionarlos, en esta aptitud juega un papel importante el ingenio, pero el analista es naturalmente ingenioso en cambio el ingenioso no tiene las mismas facultades del analista. La historia continua con  el encuentro de dos hombres, el narrador y un hombre llamado C. Auguste Dupin, que coinciden en una biblioteca por su gusto hacia el mismo libro, eran tantos los parecidos de su personalidad que decidieron vivir juntos en una vieja casa; pues ambos gozaban del aislamiento y tenían el mismo gusto de caminar a altas horas de la noche por las calles parisinas, de esta manera el narrador observaba en su amigo Dupin una aptitud sumamente analítica y que le gustaba mucho poner en práctica, presumiendo que podía ver en el corazón de los hombres, en varias ocasiones Dupin sorprendía a su amigo adivinando sus pensamientos guiándose solo por gestos que él hacía sin que él se percatara de ello. una de esas noches caminado por la calle del quartier S.t. Roch,  se topan con una edición del tribunal que dice Asesinatos extraordinarios, en ese momento había revuelo en el barrio por el asesinato de Madame l´Espanaye y su hija Mademoiselle Camille l´Espanaye. Dupin haciendo gala de todo su talento aplica en la escena del crimen sus dotes de analista, para llegar a desentrañar el gran misterio de aquellos asesinatos, al averiguar sobre las damas pudo ver que gozaban de buena reputación en el barrio, al interior de la casa se encontraban objetos de valor y una gran cantidad de dinero, en principio él especulaba que habían sido unos hombres los que habían atacado a la damas; sin embargo el analista inspeccionando y buscando evidencias de los criminales, descubrió que quien había sido el autor de tales hechos era un ORANGUTAN, traído de Borneo, que se había escapado de la custodia de su dueño. Al descubrir la verdad sobre los hechos salvó a quién estaba en la cárcel, acusado injustamente de este crimen, el señor Lebon. Es así como una vez más Dupin encuentra su victoria, en la profundidad del análisis, así el Inspector de policía no estuviera feliz por tal victoria pues ésta reflejaba el fracaso de su labor, demostrándole a su amigo de convivencia con gran regocijo su triunfo analítico. 

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